Era un juego más, la única regla era no
enamorarse. La diversión parecía ser
ideal y parecía que nada podia salir mal
en un débil romance. Pero la química
fue más fuerte que la lógica; con una
sonrisa combinada con un latido de más,
la única regla se rompió, y ahora ella no
sabe como estar sin él, y él sonrie, al
saber que darle intrucciones a cupido no
funcionó.
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